Buscar

domingo, 2 de agosto de 2015

Eternidad.

Nada es para siempre, eso nos demuestra la vida. Nada ni nadie se queda con nosotros toda la vida. Los amigos, la pareja, los padres, los hijos... Algún día, quizá lejano o quizá pronto, todo se acaba, y nunca se buena manera.


La vida, lo poco que he podido vivir, me ha enseñado que todo lo bonito, todo lo que tanto nos cuesta lograr, todo lo que amamos, se termina acabando. Tiene fecha de caducidad, o batería. Pero se acaba. Algunas amistades duran meses, años, décadas, igual que las parejas, pero terminan yéndose. El porqué nadie lo sabe. Pero ese tiempo que están con nosotros nos ayudan a ser felices, pero la felicidad también se acaba. Todo se marchita y todo se estropea. Aveces la rutina, otras veces los malos tragos, las rachas, o el mero tiempo. Es deprimente.

Este 2015 aún no se ha acabado, y sinceramente me da igual que se acabe o no. Cambiar de año, o de mes, o de siglo nada cambia, no cambia nuestra vida, ni nuestro destino. Un 1º de enero es un día más, de festividad por mera costumbre social, pero nada más nos aporta. La vida es triste y gris, da igual de que color la pintemos o lo que hagamos, todo seguirá igual, hay que asimilarlo.

Empecé este año con mal pie, igual que termine el pasado. Nada me ha aportado, sólo tristeza que se termina convirtiendo en rutina. Pierdo la libertad, pero durante un tiempo alguien me "libera" del tiempo, del destino. Esa liberación que me otorgó el destino sólo duró siete meses. Siete meses de tardes, risas, quedadas; luego rayadas, tristezas, enfados, rachas... Hace sólo un mes publicaba super orgulloso de mi medio año de libertad, y en menos de eso, unas semanas se va. Se va. ¿Alguien tiene la culpa? El destino. No podemos hacer nada. Si esa persona está predestinada a nosotros quizás se quede, pero sino de nada sirve encadenarla a nosotros. Se tiene que ir. Caer de nuevo en la rutina, en la misma mierda diaria. Las mismas paredes de siempre. Sin sueños, sin ilusiones. Nada, sin nada con lo que despertarnos. Sin nada en lo que creer. ¿Felicidad? Un estado temporal, sin duda. ¿Libertad? La que nos otorgamos nosotros mismos. Nada que decir, nada lo que llorar. Se va, se fue, se ha ido.

Nunca supe expresarme, y seguramente me esté pasando ahora mismo, pero me da igual. Sólo se que Dios está jugando conmigo, con mi felicidad y mi libertad juntandome con personas que se terminarán yendo. Conocer a alguien en enero, enamorarte con el paso de tiempo, tener los sentimientos claros de nuevo y que te den un hachazo. Quizá la culpa la tenga yo al fin y al cabo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...