Buscar

viernes, 30 de junio de 2017

Miedos.

Lo peor de los miedos es que, finalmente, se hace realidad. Y ha ocurrido. Todos los miedos que nos quitaban el sueño han ocurrido, terminaron sucediendo, y surgen otros que claro futuro tienen. Pensar que nada se arreglará, que no nos volveremos a ver, que todo lo que vivimos sea olvidado.  Y lo peor de todo esto es temer a tu indiferencia.

Durante estos días yo también he pensado. Sinceramente no me esperaba un final como este, que el temor que nos corría por el cuerpo y alma se terminara materializando, que no nos volviéramos a ver, que todo se rompiera, y parece que te importa lo más mínimo. Eso me das a entender con tu indiferencia, tus tuits, tu actitud hacia mi. Que hayas roto todo lo que te vinculaba al 'nosotros', incluso las fotos de nuestra amistad. Y sinceramente tengo miedo, tengo miedo a que todo fuera mentira, que jamás estuvieras enamorada de mi, que simplemente fuera un capricho. Nunca discutíamos, pasamos momentos muy duros pero todo lo arreglábamos hablando. Y cuando llega la hora de luchar, luchar por lo nuestro, por los dos, por nuestro futuro, simplemente te rindes. "No tiene solución, nos haremos más daño" me decías. Parece que no perdieras nada y que yo, se me derrumbara un mundo, nuestro mundo.

Posiblemente esta no sea mi mejor cara, ni sea la faceta que más conozcas de mi. Siempre te mostré seguridad, confianza. Y ahora que lees esto (si es que lo lees) verás a un hombre lleno de miedos, de dudas, que no para de dar vueltas a una cuestión que no tiene solución según tú. ¿El detonante? Que no te contara las cosas. Siempre fui transparente, siempre te conté todo, jamás te oculté nada. Y si estallé como aquella noche fueron los miedos, miedo a perderte, miedo a cagarla, miedo a que encontraras a alguien mejor, miedo a que todo se acabara. Que me dijeras que no sabías si estábamos por estar sencillamente me rompió por dentro. Una fría puñalada al corazón y una fuga de miedos e inseguridades. ¿Porqué no quisiste luchar? Es la pregunta que me hago cada día. ¿Porqué preferiste acabar con todo, incluso con nuestra amistad? Sinceramente no lo sé. ¿Porqué antes no habían "daños" y ahora vernos si que hace? ¿Porqué ese cambio radical hacia todo lo que éramos? Son tantas preguntas, tantas dudas. Y todas sin solución. Yo sólo te pedí tiempo, tiempo para asimilar todo, tiempo para pensar, un tiempo que no duraría ni un día porque yo tenía claro que quería permanecer a tu lado. Y no lo respetaste. ¿Porqué?

Hoy sólo deseaba una cosa: que a las 17:30 timbraras a mi casa, o me dijeras que te abriera. Era una mezcla de emociones. Y yo como cual imbécil mirando constantemente desde la terraza al portal, por si estabas abajo a esa hora. Siempre esperándote, con una sonrisa. Y sólo me autoengañaba, seguía teniendo esa esperanza de que quisieras dar una vuelta, o salir fuera. Volver a quedar como decías. Pero hoy es sólo un sueño.

Donde hubo fuego siempre quedarán cenizas, ¿verdad? Sinceramente no sé qué esperar, y si debo hacerlo. Tampoco espero ninguna reacción por tu parte. Ni siquiera sé si llegarás a leer esto. Total, sólo soy un idiota enamorado que cree en los finales felices y que se niega a que la esperanza se vaya.

miércoles, 28 de junio de 2017

Maravilloso desastre

A ti, que rompiste mis esquemas, que te convertiste en magia.

Quién nos iba a decir cuando nos conocimos que viviríamos tanto, que seríamos tanto. Que terminarías siendo mi musa, mi inspiración, mis sueños. Que lo serías todo. Mi todo.

Nada dura para siempre. Eso decías. Y yo empeñado en cambiar el curso del destino, en escribir una historia. Nuestra historia. Qué ingenuo, ¿verdad? Y es que todo ocurre tan deprisa, tanto, que nuestros recuerdos se convierten en efímeros pasajes de una biblia, de una creencia que nosotros mismos escribimos. Del tú para el otro, y del otro para el tú. De la nada al todo; y del todo a la nada. Así pasamos, de un día, al otro, habiendo cambiado el todo que nos rodea. Y de nosotros. A ser nada. Nada más que una colección de pequeñas historias, de pequeñas creencias, que creamos con la ilusión que perdurarían en el tiempo. Y es eso, el tiempo. El que todo crea y el que todo destruye. El que crea calma y el que provoca desastres. Nuestro desastre. Maravilloso desastre.

Nunca fui el mejor, tampoco pretendí serlo. Tampoco era perfecto. Pero llegaste, de la nada, para terminar siendo todo, mi todo. Para hacer de mis defectos, virtudes. De hacerme un poco más completo y llenar mis días de tus sonrisas, de tus risas. Drogarme. Eso hacías, y yo como yonqui deseando que llegara el finde para saciar mi mono, mono de ti.

El tiempo jugaba en nuestra contra desde el principio. Y nosotros ciegos de no verlo, o no querer verlo. La angustia de perderte, el miedo a que cambiara todo. A no tener tu dosis. Que nuestras promesas se esfumaran. Que todos nuestros sueños nunca se hicieran realidad. Al final, el tiempo pone a cada persona en su lugar, y a nosotros nos puso en caminos distintos, de nuevo.

Quizás fuese el destino, quizás los miedos, quizás yo. Fuese lo que fuera, no me perdono no haberte dado lo mejor de mi. De no haberte sacado mil sonrisas más. De no haberte besado el infinito y de no haber podido enfrentarme a mis miedos. Hoy toca cambiar de rutina. De tenerte a extrañarte. De ver nuestras fotos y de recordar nuestras historias. Porque, al final, es lo que queda, nuestras historias. Y nuestro desastre, maravilloso desastre.
Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...