Buscar

miércoles, 28 de junio de 2017

Maravilloso desastre

A ti, que rompiste mis esquemas, que te convertiste en magia.

Quién nos iba a decir cuando nos conocimos que viviríamos tanto, que seríamos tanto. Que terminarías siendo mi musa, mi inspiración, mis sueños. Que lo serías todo. Mi todo.

Nada dura para siempre. Eso decías. Y yo empeñado en cambiar el curso del destino, en escribir una historia. Nuestra historia. Qué ingenuo, ¿verdad? Y es que todo ocurre tan deprisa, tanto, que nuestros recuerdos se convierten en efímeros pasajes de una biblia, de una creencia que nosotros mismos escribimos. Del tú para el otro, y del otro para el tú. De la nada al todo; y del todo a la nada. Así pasamos, de un día, al otro, habiendo cambiado el todo que nos rodea. Y de nosotros. A ser nada. Nada más que una colección de pequeñas historias, de pequeñas creencias, que creamos con la ilusión que perdurarían en el tiempo. Y es eso, el tiempo. El que todo crea y el que todo destruye. El que crea calma y el que provoca desastres. Nuestro desastre. Maravilloso desastre.

Nunca fui el mejor, tampoco pretendí serlo. Tampoco era perfecto. Pero llegaste, de la nada, para terminar siendo todo, mi todo. Para hacer de mis defectos, virtudes. De hacerme un poco más completo y llenar mis días de tus sonrisas, de tus risas. Drogarme. Eso hacías, y yo como yonqui deseando que llegara el finde para saciar mi mono, mono de ti.

El tiempo jugaba en nuestra contra desde el principio. Y nosotros ciegos de no verlo, o no querer verlo. La angustia de perderte, el miedo a que cambiara todo. A no tener tu dosis. Que nuestras promesas se esfumaran. Que todos nuestros sueños nunca se hicieran realidad. Al final, el tiempo pone a cada persona en su lugar, y a nosotros nos puso en caminos distintos, de nuevo.

Quizás fuese el destino, quizás los miedos, quizás yo. Fuese lo que fuera, no me perdono no haberte dado lo mejor de mi. De no haberte sacado mil sonrisas más. De no haberte besado el infinito y de no haber podido enfrentarme a mis miedos. Hoy toca cambiar de rutina. De tenerte a extrañarte. De ver nuestras fotos y de recordar nuestras historias. Porque, al final, es lo que queda, nuestras historias. Y nuestro desastre, maravilloso desastre.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...