Te quiero,
pero duele el corazón.
Y con razón,
sabiendo que no debo
decir nada,
solo decir adiós.
Dejarte olvidada.
Sin recordarte.
Y marcharme.
En silencio.
Sabiendo de tus
errores.
Y callarme.
Porque no soy nadie.
Tan sólo otra ráfaga
de aire
que pasará por tu vida
sin despeinarte.
Y pasarán los días.
Y tú,
ya te habrás ido.
Serás olvido.
Y esto
sólo será poesía.
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