Buscar

sábado, 20 de septiembre de 2014

Un pasado que se desvanece

Pediste tiempo. Te mostré mis sentimientos. Lo di todo por ti, lo dejé todo por ti. Estaba dispuesto a hacer lo que sea, a luchar, a volver a sonreír. Estaba locamente enamorado, pese a todo, como tú decías. Tenía fe en que volverás, que mis errores no iban a empañar tu decisión, que ibas a ser inteligente y volveríamos a ser felices, para siempre. Pero elegiste el camino fácil. Dejaste de luchar para dar tu corazón a un desconocido. Decidiste borrar tres años de tu pasado por unas semanas de "felicidad". Decidiste elegir a un desconocido que "sabe lo que quiere". Decidiste borrón y cuenta nueva. Yo luché en todo momento, te lo demostré, sabías que no mentía. Que pude haberme ido con cualquier otra, olvidarte, y no lo hice. Porque tenía esperanzas. Porque la espera deparaba algo bueno. Pero ya veo que sólo tardaste un día en elegir.


No puedo hacer nada. Has tomado una decisión. Una decisión que está acabando conmigo. Te hice sufrir y tú me la devuelves matándome. Nunca me arrastré por nadie, nunca había estado tan locamente enamorado, tan dispuesto a hacer lo que sea por tener a alguien. Pero esas promesas que hiciste se desvanecen junto a nuestra fecha, nuestra historia y nuestros recuerdos. Cuando te des cuenta, como yo hice, será tarde. Y entonces será demasiado tarde como para remediarlo.

No me queda otra que decir adiós a esas calles que transité junto a ti durante tres años, despedirme de esos muros de tu hogar, de tu familia, de tus amigos. Despedirme de nuestros parques y bancos. De nuestras paradas de bus y metro. De nuestros restaurantes. De nuestros aniversarios. De nuestras quedadas sorpresa a las tantas de la noche lloviendo, por verte. De todo. Poco a poco, todo eso que juramos defender y llevarlo a la tumba, poco a poco, se desvanece. Porque, como tu dijiste, las promesas son meras palabras sin validez alguna. Yo estuve dispuesto a viajar a la luna y traértela, y tú me respondiste "para qué". Me dices que sea feliz... Aunque no lo creas, esas duras palabras jamás volverán a cumplirse. No se qué será de mi ahora. No se si volverá la felicidad a mi casa. Me da igual, entonces estaré muy lejos de ti y el viento se habrá llevado nuestras cenizas, unas cenizas que antaño fueron un ferviente fuego que jamás se apagó, y tú lo apagaste con un cubo de agua con las letras ADRIÁN.

Sólo quitarme las últimas lágrimas, respirar hondo y decir adiós a una historia que me mantuvo vivo tres años. Siempre te querré, reina mía ~


No hay comentarios:

Publicar un comentario

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...